Siento
que no hay seres-humanos especiales, creo que todos somos iguales en la esencia
Divina del ser, así lo veo cada vez que tengo a mi lado un herman@. En la
esencia de luz somos y vivimos en la
misma luz de amor. Somos un ser, un tao, un dios, una vida, un amor. El ego
quiere espacialismos en el cuerpo, la mente o la sabiduría pero estas creencias
hacen crear más separacion.
“El maestro Zen, no es un maestro
de otros, sino un maestro de si mismo. Cada uno de sus gestos y cada una de sus
palabras reflejan su estado de iluminación. No tiene metas privadas ni deseo de
que las cosas tengan que ser diferentes de lo que son. Sus discípulos se reúnen
a su alrededor, no para seguirle, sino para absorber su presencia y sentirse
inspirados con su ejemplo.
Ante sus ojos encuentran su
propia verdad reflejada y ante su silencio pueden entrar más fácilmente en el
silencio de sus propios seres.
El maestro da la bienvenida a
los discípulos, no porque quiera dirigirlos, sino porque tiene mucho que
compartir. Juntos crean un campo de energía que apoya a cada único individuo,
en la búsqueda de su propia luz.
Se puedes encontrar un
maestro así, eres bienaventurado. Si no puedes, continua buscando.
Aprende de los profesores y
de los llamados maestros muévete, Continua moviéndote. “