Muchas
veces miramos, todo el día, pero profundamente. ¿Cuándo? Me ha gustado esta técnica
que te comparto. Volver a mirar como los niños, con todo nuestro ser. Con la
presencia en lo observado. Con todo amor, sin analizar, sin juzgar. Solo mirar
profundamente.
“Primer paso:
Mira al otro. 'Siéntate y
mira a los ojos del otro,[es mejor no parpadear mucho; mira suavemente]. Mira
más y más profundamente, sin pensar.
Si
no piensas, si miras fijamente a los ojos, pronto desaparecerá el oleaje y se
revelará el océano. Si puedes mirar profundamente a los ojos, sentirás que el
hombre ha desaparecido, que la persona ha desaparecido. Detrás se oculta un
fenómeno oceánico y esta persona era simplemente una ola de algo profundo, una
ola de algo desconocido, oculto.
Hazlo
primero con un ser humano, porque estás más cercano a esta clase de ola. Luego
hazlo con los animales: hay un poco más de distancia. Luego hazlo con los
árboles: las olas son aún más distantes. Luego hazlo con las rocas.
Segundo paso:
El Oshoánico Pronto
empezarás a notar un océano a tu alrededor. Entonces verás que tú también eres
una ola; tu ego es solamente una ola.
Detrás
de ese ego, lo innombrable, el uno, se encuentra oculto. Solamente las olas
nacen, el océano sigue siendo el mismo. Los muchos nacen, el uno continúa
siendo el mismo'.
Osho, Vedanta:
Seven Steps to Samadhi charla #4