Siempre veo este camino como una forma mas de vivir... para mi no somos mejores ni peores que los otras... solo seguimos otra senda...cada uno hace su función mágica en este todo... no todos nacemos para vivir en el pulmón , ni todos para ser pelos o piel...
Cada uno lleva su camino mágico y divino... me alegro ver como somos muchos los que tratamos de quitar ego a este camino, me llegó este escrito que quiero compartir...
Se puede discutir mucho de lo que dice y creo que pienso en algunas cuestiones un poco diferente pero en general me gusta la idea... es otra verdad... y otra mentira, espero que te guste y te ayude a ver que la vida es una broma cósmica
.
Cuando comenzamos a transitar el camino espiritual, buscamos la perfección
en nuestras vidas. Tratamos de mejorar nuestro carácter,
costumbres, ideas, alimentación, y hasta la vida social. A
veces, hacemos "SACRIFICIOS" con el fin de alcanzar una
vida más plena y feliz; sin embargo, muchas veces no llegamos
al estado de éxtasis o plenitud que anhelamos. La decepción
puede llevarnos a rechazar la disciplina que habíamos
emprendido, o en el peor de los casos, puede desmoralizarnos a tal
punto de pensar que “Dios se ha olvidado de nosotros”. En
realidad los errores como tales no existen, pues todo nos conduce a
un necesario aprendizaje. Todo es un asunto de consciencia que solo
puede expandirse a partir de las vivencias que nosotros mismos hemos
invocado, sin juicio alguno si tales experiencias son "buenas"
o "malas".
El
Universo funciona como una gran computadora: hay que saber presionar
las teclas adecuadas para obtener lo que se desea. Cuando no lo
estamos haciendo, la computadora se detiene, espera fría y
silenciosamente la señal eléctrica correcta. El
Universo tiene sus “teclas” y la metafísica nos las
enseña. ¿Cuáles son? Algunas escuelas esotéricas
han tergiversado estas enseñanzas, quizá sin ninguna
mala intención, con lo que han llevado a muchas personas a
cometer "errores" y a frustrarse en sus expectativas. <>Algunos
de los "errores" más comunes son los siguientes:
1.
ENVOLVERSE EN UNA BURBUJA DE PROTECCIÓN, O EN UNA LUZ, O EN
COLOR, O PEDIR A ÁNGELES, O CUALQUIER OTRA FORMA QUE PROTEJA
DE LOS PELIGROS QUE EXISTEN AFUERA
Lo
único que logra este tipo de ejercicio es fomentar la idea de
que algo externo puede tener más poder que nosotros. Nuestra
mente percibe que hay algo allí afuera que puede, por ejemplo,
lastimarnos o hacernos daño. Pero, según las enseñanzas
espirituales, TODO ES DIOS; por lo tanto, nada puede hacernos daño.
En
realidad, debería practicarse algún tipo de ejercicio
de reconocimiento de la seguridad personal. Este ejercicio podría
decir: “Vaya donde vaya, estoy siempre a salvo, estoy rodeado de
hermanos, vivo en el mundo que Dios ha creado y sólo veo amor
en todas partes”. En síntesis, al elegir qué
ejercicio mental o meditación hacer, se deberá buscar
aquel que nos recuerde la naturaleza divina de la vida y no el
peligro que percibe nuestro ego.
Muchas
personas creen que repitiendo ciertas afirmaciones pueden transformar
su situación personal, lo que encierra un "error".
No son los pensamientos lo que determinan nuestra realidad sino
nuestras “creencias”. Solamente los pensamientos que hemos
interiorizado y tomado como nuestra verdad son los que se
manifiestan. Dicho de otra manera, aquello que sentimos internamente
que es así, es lo que toma forma en el mundo externo.
La
mente humana produce un promedio de 60,000 pensamientos diarios, la
mayoría de los cuales son negativos para quienes se encuentran
inmersos en los medios masivos de comunicación. Las
afirmaciones son necesarias para lograr implantar una creencia nueva
en nuestra mente subconsciente y la repetición de estas
afirmaciones es un procedimiento adecuado, pero hasta que no le
agregamos la emoción o sensación que acompaña a
esa idea, no la interiorizamos como una verdad dentro de nosotros.
La
repetición de palabras carentes de emoción no es
efectiva. Por lo tanto, si yo repito “Vaya donde vaya, estoy
siempre a salvo” pero no me siento realmente seguro, de nada me
servirá. Es necesario seleccionar ejercicios mentales,
meditaciones o visualizaciones que fomenten las creencias de: paz,
armonía y prosperidad.
2.
ENVIAR LUZ A OTROS PARA QUE MEJOREN
Se
puede enviar luz o energía a otras personas para que se curen
de cierta enfermedad, para que mejoren su situación económica,
su vida afectiva, y demás. Sin embargo, la mayoría de
estos ejercicios se parecen más a una forma de manipulación
que a una verdadera ayuda espiritual.
Primero
y principal: si se va a ayudar a otro, hay que asegurarse de que la
persona lo pida y lo necesite. Si esto no se da, tenemos que trabajar
con lo que estamos percibiendo, porque “el problema” es algo
personal que nos atañe a nosotros mismos y no a la persona que
está sufriendo. Si la persona a ayudar esta inaccesible o
inconsciente, habrá que pedírsele permiso a su alma y
recibir confirmación de alguna manera antes de proceder.
La
mayoría de los problemas o enfermedades son sólo
momentos de prueba que está viviendo un individuo; son
necesarios y muy útiles para el “despertar de su
conciencia”. Nunca sabemos en realidad desde afuera cuán
importante puede ser para cada persona la situación que está
atravesando en determinado momento. Podemos percibir esa situación
como algo terrible, doloroso, injusto o innecesario, pero cualquiera
sea nuestra interpretación nunca será correcta ni
completa.
El
enviar la luz a la persona podría incluso hasta acelerar o
entorpecer su ritmo personal. Nuestra intervención es
innecesaria y, la mayoría de las veces, no es más que
un deseo egoísta de que la persona resuelva rápido su
problema porque éste nos despierta angustia o dolor.
Personalmente,
recuerdo que una vez se acercó un amigo íntimo a
decirme que estaba muy preocupado por mi situación. Yo le
respondí que su preocupación no me ayudaba, que si
realmente quería hacer algo bueno por mí, tenía
que confiar en mí y saber que mi Guía Interior me
revelaría en el momento adecuado lo que yo necesitaba hacer.
En
lugar de enviar luz a otros cada vez que veas una situación
difícil, comienza por enviarte luz a ti mismo para que tu Guía
Interior te haga ver la Verdad que está operando en dicha
situación.
3.
CREER QUE VAMOS HACIA DIOS, QUE EVOLUCIONAMOS ESPIRITUALMENTE
No
vamos hacia Dios, YA ESTAMOS EN DIOS! Todo lo que nos rodea forma
parte del gran cuerpo universal de Dios. No evolucionamos
espiritualmente. Nuestro Espíritu es Perfecto y Completo; no
puede ni tiene que evolucionar. En realidad, es un problema
semántico, ya que la evolución espiritual no existe. Lo
que queremos significar con eso es el despertar de nuestra Conciencia
a esa perfección y cuanto más rápido lo hacemos,
más plenos y felices vivimos.
Tal
vez el "error" provenga de las enseñanzas religiosas
que nos dicen que Dios está “en el cielo”, como si
nosotros estuviéramos separados de Él. Nosotros y el
“cielo” somos UNO, y debemos aprender a reconocerlo y a
vivenciarlo; en eso consiste nuestra Evolución de Conciencia o
Despertar Espiritual. Conócete a ti mismo -profundamente- y
despertarás de toda ilusión y engaño implantado
por agentes exteriores a ti.
4.
ANGUSTIARSE O PREOCUPARSE CUANDO HAY UN FAMILIAR ENFERMO O
ATRAVESANDO ALGÚN TIPO DE CRISIS
En
nuestra cultura está bien visto que uno se aflija o sufra a la
par de sus seres queridos; sin embargo, eso sólo aumenta el
pesar. Si interpretamos nuestro pesar desde otro nivel, esto
significa que creemos más en el poder de la enfermedad o la
crisis que en la solución.
Cuando
te afliges por la enfermedad de un ser querido, agravas esa
enfermedad, le das más fuerza y poder, alimentando a la
víctima en su propia victimización. La solución
es hacer un esfuerzo personal y reconocer que, más allá
de nuestro entendimiento, hay una Inteligencia Superior que está
actuando y que tiene el poder de restaurar completamente a nuestro
ser querido, si así lo desea dicha persona. Lo mismo ocurre
con cualquier tipo de problema o crisis. Si nos afligimos, es porque
nuestro ego ha aceptado que hay una fuerza más potente que el
Poder Divino.
5.
CREER QUE UNO HA SIDO “ELEGIDO” POR DIOS
Muchas
personas que estudian en escuelas esotéricas se sienten
especiales y evolucionadas. Sienten que Dios los ha conducido al
lugar adecuado para su crecimiento y evolución; que la
información que va a recibir es muy importante y no puede
divulgarse a personas que no están tan evolucionadas, porque
no tienen la capacidad para entenderla o para darle un buen uso. Esta
presunción se convierte en una forma de arrogancia, nada
espiritual, que nos hace pensar que somos privilegiados, especiales,
elegidos, y que los demás están descarriados o perdidos
en la vida.
Esta
forma de arrogancia también se ve en las religiones que se
sienten propietarias de Dios. Si uno no sigue su culto, está
perdido. En el Universo existe un solo Dios y es el mismo para Todos.
Los humanos inventan diferentes maneras de rendirle culto, crean
dogmas y doctrinas, pero, en esencia, todos adoramos al mismo Dios.
Todos
somos iguales ante los "ojos" de Dios. En realidad no
existe tal Dios como lo que está pintado en las imágenes
de la mayoría de las religiones estructuradas. Solo hay
Existencia, el poder de la Vida, en sus multidimensionales e
infinitas manifestaciones. Para La Existencia nadie está más
adelante ni más atrás. Nadie vale más ni menos.
Cualquier interpretación y clasificación como ser
especial corresponde al terreno del ego humano y no al terreno de lo
existencial.
6.
SACRIFICARSE POR OTROS
No
hay nada más inútil e insatisfactorio que sacrificarse
por los demás. Las tareas que se hagan por los demás
deberán hacerse con amor o, de lo contrario, evitarse. Todo lo
que se hace con amor es placentero; por lo tanto, no pesa ni molesta.
Por el contrario, todo lo que se hace con sacrificio genera presión
interna, rencor, enojo, molestia y, a veces, hasta odio.
El
sacrificio por los demás está aprobado socialmente y es
muy bien visto. Uno puede sacrificarse, por ejemplo, por los hijos,
por los padres, por la pareja, por la profesión, por los niños
desamparados, por alguien enfermo, por la institución
religiosa a la que pertenece, por la empresa que da trabajo. La lista
podría ser interminable y no es más que un muestrario
de la acción equivocada de nuestro ego.
El
sacrificio va muy de la mano con la manipulación. Por ejemplo,
una madre que ha dejado su vida de lado por los hijos, tarde o
temprano, usará su postura como válida para exigir algo
de ellos; el novio o novia que cambia su rutina y deja de hacer
ciertas actividades por el otro tratará después de
exigir lo mismo.
La
próxima vez que vayas a sacrificarte por alguien, pregúntate
primero si ese alguien te lo pidió. La actitud de mártir
no lleva hacia Dios como muchos creen, sólo el camino del
amor. Haz las cosas con amor o no las hagas.
7.
DEPENDER DE AMULETOS, ESTAMPAS RELIGIOSAS, CRISTALES, VELAS,
IMÁGENES, O CUALQUIER OTRO TIPO DE ELEMENTO
Es
cierto que los materiales tienen su propia energía y que el
contacto con ellos (en especial, con ciertos cristales cuarzos)
producen cambios en nuestra vibración personal y ayudarnos en
el proceso curativo. También es cierto que algunas figuras,
imágenes y colores producen reacciones psicológicas que
nos estimulan; a veces "para bien", otras "para mal".
Las
estampas religiosas y otros objetos, tales como cadenas con cruces,
estrellas de David y demás nos recuerdan nuestras posturas
espirituales. El problema es que la mayoría de estos elementos
se convierten en amuletos y les damos más poder del que en
realidad tienen. Hay personas que se sienten indefensas sin su cruz,
la estampita de su santo protector, su cristal preferido o cualquier
otro amuleto de su preferencia. El amuleto pasa a ser Dios. Vivir
pendiente de un objeto es limitar la Presencia Divina a ese objeto.
Dios es Omnipresente: está aquí, allá y en todas
partes.
Lo
peor sucede cuando una persona extravía su amuleto o éste
se le rompe. La mayoría de las veces esto se interpreta como
un presagio de que algo malo va a suceder. Esta idea es producto de
creer que la persona se encuentra sin su protección y que, en
consecuencia, las energías negativas pueden afectarla. De esta
forma co-crean su propio infortunio pues vivimos en un Universo
Mental.
“Todo
lo que Creemos se hace Realidad“. ¿Por qué no creer
entonces que el mejor amuleto con el que cuento es mi Naturaleza
Divina? Nadie ni nada puede despojarnos de lo que somos realmente.
Pero para ello primero hay que concerse a si mismo. Solo así
podras amarte a ti mismo, que es el primer requisito para poder amar
a otro.
8.
CREER QUE UNO PUEDE GUIAR A OTROS O QUE PUEDE SER GUIADO
Sentir
que gracias a uno otras personas se iluminan o, al revés, que
la presencia de otros nos devuelve la luz es pura ilusión del
ego. La verdadera Guía es Interna, es tu Intuición, la
Voz de tu Espíritu. Muchas veces esa voz coincidirá con
lo que escuchas de afuera y pensarás que alguien te está
guiando. Pero, apenas aceptes a alguien como tu ídolo,
comenzarás a fabricar tu propia decepción. Ocurre lo
mismo si alguien te ha entronizado y te ha tomado como líder;
en algún momento los problemas de tu vida personal lo
decepcionarán.
Todos
aprendemos y enseñamos al mismo tiempo. Por tal motivo, es
conveniente mantener una actitud receptiva hacia las señales
que recibimos de nuestro entorno y ver qué resonancia producen
en nuestro interior. No eres el salvador ni la guía de nadie.
Ninguna vida depende de tus conocimientos ni de tus esfuerzos. Esto
es cierto también al revés. Nadie te rescatará
ni te salvará, excepto tú mismo.
El
mejor Guía con que contamos está dentro de Nosotros.
Nos habla con voz suave y paciente, sin obligarnos a nada; nos indica
siempre el camino más corto y más feliz, nos da la idea
más adecuada y la respuesta que racionalmente no podemos
encontrar. Por eso, es conveniente practicar meditación y
ejercicios de relajación para poder escuchar esa voz. Si vives
de prisa, tenso, angustiado y con un ritmo acelerado, seguramente no
oirás la “voz de tu intuición” y buscarás
guías externas.
Hay
personas que son muy positivas y estimulantes, y podrán
ayudarte en un principio. Pero evita idolatrarlas y evita también
ser idolatrado. Recuerda siempre que la “Guía más
válida y acertada está siempre dentro de ti”.
9.
CREER QUE LOS MAESTROS ESPIRITUALES SON AQUELLOS QUE NOS PROVEEN DE
LA INFORMACIÓN TEÓRICA
Tendemos
a caer muy fácilmente en la creencia de que las personas que
nos enseñan son adelantadas y que ya han superado muchas
pruebas en su vida. En algunos casos, esto es totalmente cierto; en
otros, no. El hecho de que una persona transmita una determinada
información no la coloca en un grado superior. Debes recordar
que cualquier forma de idealización o selectividad corresponde
al terreno del ego. De hecho son escepcionalmente pocos quienes viven
autenticamente lo que predican.
Los
verdaderos maestros espirituales son aquellos que nos ponen a prueba
y vienen “disfrazados” de hijos, padres, jefes, amigos, enemigos,
animales, plantas y demás. Son aquellos que nos traen
problemas. Ellos son los que realmente nos enseñan las
lecciones que tenemos que aprender porque nos ponen a prueba.