Viajando medito sobre tantos por ques que se me han planteado en estos dias de cursos y charlas... y dudo... siento que todo es un misterio.. y por causalidad misteriosa me encuntro con este texto que me llena ...
"Los porqués son siempre imposibles de responder. La mente supone que,
siempre que es posible preguntar por qué, se puede responder. Pero ésta
es una de las hipótesis falaces. Nunca se ha respondido ningún porqué,
ni es posible hacerlo. La existencia es; no hay porqué respecto de ella.
Si preguntas, si insistes, puedes crear una respuesta. Pero será una
respuesta inventada, no será verdaderamente una respuesta. Preguntar por
preguntar es básicamente absurdo. Los árboles son; no puedes preguntar
por qué. El cielo es; no puedes preguntar por qué. La existencia existe,
el río fluye, las nubes flotan; no puedes preguntar por qué.
La mente pregunta por qué, lo sé. La mente es curiosa; quiere saber el porqué de todo. Pero ésta es una enfermedad de la mente, y es algo que no se puede satisfacer porque, si respondes a un porqué, surge otro inmediatamente. Cada respuesta no hace más que generar más preguntas. Y la mente no quedará satisfecha hasta que se te haya brindado la última respuesta. Y no puede haber última respuesta. Con última respuesta, quiero decir que ya no puedes seguir formulando más porqués. Pero no hay posibilidad alguna de llegar a tal situación. Sea lo que sea lo que se dice, adquiere relevancia un porqué.
Éste ha sido todo el absurdo esfuerzo de las filosofías: ¿por qué existe este mundo? Entonces, pensaron y crearon una teoría acerca de él: que Dios lo creó. ¿Pero por qué lo creó Dios? Entonces, nuevamente, más teorías, hasta finalmente llegar a: ¿por qué existe Dios? Entonces, lo primero que hay que tener en cuenta es esta característica de la mente de preguntar continuamente por qué. Así como las hojas crecen de los árboles, los; porqués surgen de la mente. Cortas uno y crecen muchos más. Puedes acumular muchas respuestas, pero la respuesta no llegará. Y, si la respuesta no está allí, la mente continuará buscándola.
Por eso, esto es lo primero que quiero decirte: no insistas demasiado con los porqués. ¿Por qué insistimos? ¿Por qué ansiamos conocer la causa? ¿Por qué queremos profundizar en una cosa y llegar al fundamento mismo? ¿Por qué?... Porque, si conoces todas las causas, si tienes cada respuesta acerca de una cosa, te has transformado en su amo. Entonces, puedes controlarla. Con lo cual, la cosa deja de ser un misterio: pierde su maravilla. La has conocido, has eliminado el misterio. Y la mente es asesina, aniquiladora: aniquila todo misterio. La mente siempre se siente cómoda con las cosas muertas. Con algo vivo, la mente se siente incómoda, porque no puede dominarlo por completo. Lo vivo está siempre allí, impredecible.
No se puede fijar el futuro con algo vivo, y no sabes adónde irá, hacia dónde llevará. Con algo muerto, todo es seguro y está preestablecido. Te sientes cómodo. No te preocupas por ello: estás seguro. Hay una profunda necesidad de la mente de tornar seguro todo, pues la mente tiene miedo de la vida. La mente crea la ciencia nada más que para aniquilar cualquier posibilidad de vida. La mente intenta encontrar explicaciones. Una vez que se encuentra una explicación, se disuelve el misterio. Preguntas por qué y te respondes; entonces, la mente se siente cómoda. ¿Qué has logrado con ello? No has conseguido nada; has perdido algo: se ha perdido un misterio.
El misterio te hace sentir incómodo porque es algo más grande que tú, algo que no puedes controlar, algo que no puedes usar como objeto. Algo que te abruma, que te subyuga, algo ante lo cual te sientes desnudo e impotente; algo ante lo cual simplemente disuelves. El misterio te da una sensación de muerte. Por eso tantas preguntas acerca de las causas: por qué esto, por qué lo otro. Esto es lo primero que hay que recordar. Pero no creas que estoy eludiendo tu pregunta. No la estoy eludiendo, te estoy comentando algo sobre la mente: por qué hace preguntas. Y, si puedes conservar la sensación de misterio, te voy a responder. Si se conserva la sensación de misterio, responder no es peligroso; puede ser útil. Así, cada respuesta te guía hacia un misterio más profundo.
Así todo esto se vuelve cualitativamente diferente. Así, pides que no se te dé una explicación, porque aspiras a penetrar más profundamente en el misterio. Así, la curiosidad no es mental; así, se transforma en pregunta, una profunda pregunta del ser. ¿Percibes la diferencia? Si estás buscando una explicación, eso es malo, y yo seré el último en satisfacer esa demanda, ya que si lo hiciera me transformaría en tu enemigo, por tornar muertas las cosas que te rodean. Siempre que te hable, ten en cuenta esto: cualquier cosa que yo diga no está destinada a aniquilar tu pregunta, no está destinada a darte explicaciones. No me interesa darte respuestas. Más bien al contrario: me interesa que te vuelvas más inquisidor, más agudo para con los misterios.
Mis respuestas te llevarán a hacer preguntas más profundas, y llegará un momento en el cual todas las preguntas caerán: no porque hayas obtenido todas las respuestas, sino porque toda respuesta es vana. Y, entonces, el misterio será total, estará por todas partes, por dentro y por fuera. Entonces, serás parte de él, flotarás en él, tú también te habrás transformado en un ser misterioso, y sólo entonces las puertas se abrirán."
GRACIAS..... MISTERIOSAS
La mente pregunta por qué, lo sé. La mente es curiosa; quiere saber el porqué de todo. Pero ésta es una enfermedad de la mente, y es algo que no se puede satisfacer porque, si respondes a un porqué, surge otro inmediatamente. Cada respuesta no hace más que generar más preguntas. Y la mente no quedará satisfecha hasta que se te haya brindado la última respuesta. Y no puede haber última respuesta. Con última respuesta, quiero decir que ya no puedes seguir formulando más porqués. Pero no hay posibilidad alguna de llegar a tal situación. Sea lo que sea lo que se dice, adquiere relevancia un porqué.
Éste ha sido todo el absurdo esfuerzo de las filosofías: ¿por qué existe este mundo? Entonces, pensaron y crearon una teoría acerca de él: que Dios lo creó. ¿Pero por qué lo creó Dios? Entonces, nuevamente, más teorías, hasta finalmente llegar a: ¿por qué existe Dios? Entonces, lo primero que hay que tener en cuenta es esta característica de la mente de preguntar continuamente por qué. Así como las hojas crecen de los árboles, los; porqués surgen de la mente. Cortas uno y crecen muchos más. Puedes acumular muchas respuestas, pero la respuesta no llegará. Y, si la respuesta no está allí, la mente continuará buscándola.
Por eso, esto es lo primero que quiero decirte: no insistas demasiado con los porqués. ¿Por qué insistimos? ¿Por qué ansiamos conocer la causa? ¿Por qué queremos profundizar en una cosa y llegar al fundamento mismo? ¿Por qué?... Porque, si conoces todas las causas, si tienes cada respuesta acerca de una cosa, te has transformado en su amo. Entonces, puedes controlarla. Con lo cual, la cosa deja de ser un misterio: pierde su maravilla. La has conocido, has eliminado el misterio. Y la mente es asesina, aniquiladora: aniquila todo misterio. La mente siempre se siente cómoda con las cosas muertas. Con algo vivo, la mente se siente incómoda, porque no puede dominarlo por completo. Lo vivo está siempre allí, impredecible.
No se puede fijar el futuro con algo vivo, y no sabes adónde irá, hacia dónde llevará. Con algo muerto, todo es seguro y está preestablecido. Te sientes cómodo. No te preocupas por ello: estás seguro. Hay una profunda necesidad de la mente de tornar seguro todo, pues la mente tiene miedo de la vida. La mente crea la ciencia nada más que para aniquilar cualquier posibilidad de vida. La mente intenta encontrar explicaciones. Una vez que se encuentra una explicación, se disuelve el misterio. Preguntas por qué y te respondes; entonces, la mente se siente cómoda. ¿Qué has logrado con ello? No has conseguido nada; has perdido algo: se ha perdido un misterio.
El misterio te hace sentir incómodo porque es algo más grande que tú, algo que no puedes controlar, algo que no puedes usar como objeto. Algo que te abruma, que te subyuga, algo ante lo cual te sientes desnudo e impotente; algo ante lo cual simplemente disuelves. El misterio te da una sensación de muerte. Por eso tantas preguntas acerca de las causas: por qué esto, por qué lo otro. Esto es lo primero que hay que recordar. Pero no creas que estoy eludiendo tu pregunta. No la estoy eludiendo, te estoy comentando algo sobre la mente: por qué hace preguntas. Y, si puedes conservar la sensación de misterio, te voy a responder. Si se conserva la sensación de misterio, responder no es peligroso; puede ser útil. Así, cada respuesta te guía hacia un misterio más profundo.
Así todo esto se vuelve cualitativamente diferente. Así, pides que no se te dé una explicación, porque aspiras a penetrar más profundamente en el misterio. Así, la curiosidad no es mental; así, se transforma en pregunta, una profunda pregunta del ser. ¿Percibes la diferencia? Si estás buscando una explicación, eso es malo, y yo seré el último en satisfacer esa demanda, ya que si lo hiciera me transformaría en tu enemigo, por tornar muertas las cosas que te rodean. Siempre que te hable, ten en cuenta esto: cualquier cosa que yo diga no está destinada a aniquilar tu pregunta, no está destinada a darte explicaciones. No me interesa darte respuestas. Más bien al contrario: me interesa que te vuelvas más inquisidor, más agudo para con los misterios.
Mis respuestas te llevarán a hacer preguntas más profundas, y llegará un momento en el cual todas las preguntas caerán: no porque hayas obtenido todas las respuestas, sino porque toda respuesta es vana. Y, entonces, el misterio será total, estará por todas partes, por dentro y por fuera. Entonces, serás parte de él, flotarás en él, tú también te habrás transformado en un ser misterioso, y sólo entonces las puertas se abrirán."
OSHO
1 comentario:
Desde que lo colgaste no dejó de leerlo día tras día..... Es increíble todo lo que expresa. Muy bueno el texto. Gracias por compartirlo.
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