Entrevista a Alejandro Jodorowsky
¿Qué es la enfermedad desde su punto de vista?
La enfermedad es una protesta de tu niño caprichoso interior. Niño al que le prohibieron hacer algo o lo obligaron a hacer alguna cosa que no quería. Y si quiero sanarme…
Dejas de protestar y aceptas la realidad, llegando a un compromiso entre lo que es y lo que imaginas que es la realidad…entonces sanas. Cuando empiezas a establecer relaciones bellas, entonces empiezas a sanarte.
No comprendo el motivo por el que dice que “el arte tiene que curar, si el arte no cura es que no es arte”.
El arte es psicoterapia en sí mismo. Tenemos que curarnos de no ser nosotros mismos, tenemos que curarnos de no estar en el presente.
Hay una frase hasídica que dice: Si no eres tú, ¿quién? Si no es aquí, ¿dónde? Si no es ahora, ¿cuándo? Entonces, si eres capaz de solucionar el cuándo, el aquí y el quién (el tú), pues ya te curaste, estás siendo tú mismo.
¿La enfermedad puede ser considerada como un aliado?
Si queremos sanar, hay que amar a nuestra enfermedad. Si no la amamos, si no la honramos y no reconocemos que ella tiene un mensaje para nosotros, no sanaremos. Toda enfermedad es sagrada, nos remite a nosotros mismos, nos obliga a comprender por qué la hemos creado
¿Cómo podemos relacionarnos con nuestra enfermedad si en general pensamos que es fruto de un accidente, o incluso de la mala suerte?
Entendiendo que en toda enfermedad hay una prohibición, te prohíben ser lo que eres, una falta de conciencia, no te das cuenta de lo que eres y una falta de belleza, si la pierdes enfermas.
No me acaba de quedar claro…
La enfermedad es una información que nos falta, es un grado de inconsciencia. Si no somos conscientes, no nos curamos y consideramos enfermedades a cualquier desequilibrio intelectual, emocional, creativo-sexual o material.
¿Las enfermedades están conectadas con el propio árbol genealógico?
Es evidente que sí. Debemos conquistar la libertad rompiendo la poderosa fidelidad a la historia familiar. Liberar al enfermo del peso de las lealtades inconscientes (familiares) que manejan y condicionan su vida.
¿Cómo?
Salir de las dificultades implica modificar en profundidad nuestra relación con nosotros mismos y con el pasado. La gente no quiere pagar el precio por dejar de sufrir. Ese precio es cambiar, dejar de vivir en función de esos preciados problemas que se arrastran.
Por tanto, la enfermedad es nuestra responsabilidad.
Así es. Has de dejar que tu espíritu la reconozca y se aparte de ella. Es necesario que en el enfermo ocurra un cambio de mentalidad, sin esa transformación no es posible la curación.
Todavía hay quien dice que el sufrimiento es bueno, que este mundo es un valle de lágrimas al que venimos a sufrir
El sufrimiento es ignorancia y la enfermedad es esencialmente separación, es decir, creencia de estar separado.
¿Qué podemos hacer para empezar a sanar?
El camino para llegar a la salud es la información en forma de un conocimiento que está inscrito en el cuerpo y que se presenta reclamando lo que falta. Para curar a un enfermo hay que ponerlo en relación con su “Dios interior”.
¿Qué es la enfermedad desde su punto de vista?
La enfermedad es una protesta de tu niño caprichoso interior. Niño al que le prohibieron hacer algo o lo obligaron a hacer alguna cosa que no quería. Y si quiero sanarme…
Dejas de protestar y aceptas la realidad, llegando a un compromiso entre lo que es y lo que imaginas que es la realidad…entonces sanas. Cuando empiezas a establecer relaciones bellas, entonces empiezas a sanarte.
No comprendo el motivo por el que dice que “el arte tiene que curar, si el arte no cura es que no es arte”.
El arte es psicoterapia en sí mismo. Tenemos que curarnos de no ser nosotros mismos, tenemos que curarnos de no estar en el presente.
Hay una frase hasídica que dice: Si no eres tú, ¿quién? Si no es aquí, ¿dónde? Si no es ahora, ¿cuándo? Entonces, si eres capaz de solucionar el cuándo, el aquí y el quién (el tú), pues ya te curaste, estás siendo tú mismo.
¿La enfermedad puede ser considerada como un aliado?
Si queremos sanar, hay que amar a nuestra enfermedad. Si no la amamos, si no la honramos y no reconocemos que ella tiene un mensaje para nosotros, no sanaremos. Toda enfermedad es sagrada, nos remite a nosotros mismos, nos obliga a comprender por qué la hemos creado
¿Cómo podemos relacionarnos con nuestra enfermedad si en general pensamos que es fruto de un accidente, o incluso de la mala suerte?
Entendiendo que en toda enfermedad hay una prohibición, te prohíben ser lo que eres, una falta de conciencia, no te das cuenta de lo que eres y una falta de belleza, si la pierdes enfermas.
No me acaba de quedar claro…
La enfermedad es una información que nos falta, es un grado de inconsciencia. Si no somos conscientes, no nos curamos y consideramos enfermedades a cualquier desequilibrio intelectual, emocional, creativo-sexual o material.
¿Las enfermedades están conectadas con el propio árbol genealógico?
Es evidente que sí. Debemos conquistar la libertad rompiendo la poderosa fidelidad a la historia familiar. Liberar al enfermo del peso de las lealtades inconscientes (familiares) que manejan y condicionan su vida.
¿Cómo?
Salir de las dificultades implica modificar en profundidad nuestra relación con nosotros mismos y con el pasado. La gente no quiere pagar el precio por dejar de sufrir. Ese precio es cambiar, dejar de vivir en función de esos preciados problemas que se arrastran.
Por tanto, la enfermedad es nuestra responsabilidad.
Así es. Has de dejar que tu espíritu la reconozca y se aparte de ella. Es necesario que en el enfermo ocurra un cambio de mentalidad, sin esa transformación no es posible la curación.
Todavía hay quien dice que el sufrimiento es bueno, que este mundo es un valle de lágrimas al que venimos a sufrir
El sufrimiento es ignorancia y la enfermedad es esencialmente separación, es decir, creencia de estar separado.
¿Qué podemos hacer para empezar a sanar?
El camino para llegar a la salud es la información en forma de un conocimiento que está inscrito en el cuerpo y que se presenta reclamando lo que falta. Para curar a un enfermo hay que ponerlo en relación con su “Dios interior”.
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