El
otro día Cris me mandó este libro y Clara en una terraza me leyó este texto y
los dos nos reíamos, cuanto más leía, ¡¡¡que hermoso reírse de uno mismo!!!, los
dos veíamos lo que nos quería transmitir el escritor… hoy te lo comparto…
gracias por ser.
“Meditas, cantas un mantra,
bebes té verde, te interesan los Pentecostales, espiras fuego y hablas en
lenguas. Consigues centrarte, aprendes NLP (Programación Neuro-Lingüística),
intentas las realizaciones, trabajas las visualizaciones, estudias psicología,
te unes a un grupo Junguiano. Haces Rolfed, pruebas lo psicodélico, te hacen
una lectura psíquica, corres, te ejercitas tipo jazz, vas a colonias, te
interesas por la nutrición y el aerobic, te cuelgas boca abajo, llevas joyas
psíquica. Consigues mayor visión, bio- feedback, terapia Gestalt. Visitas a tu
homeópata, quiropráctico, y naturópata. Pruebas la kinesiología, descubres tu
Anagrama tipo, equilibras tus meridianos, te unes a un grupo de elevación de la
conciencia, tomas tranquilizantes. Consigues algunos chutes de hormonas,
pruebas las sales de células, equilibras tus minerales, ruegas, suplicas e
imploras. Aprendes la proyección astral. Te haces vegetariano. Comes solamente
repollo. Pruebas la macrobiótica, lo orgánico, no comes OGM (Organismos Genéticamente
Modificados). Te reúnes con curanderos Nativos Americanos, haces una cabaña de
sudación. Pruebas las hierbas chinas, la moxicombustión, el shiatsu, la
acupresión, el feng shui. Vas a la India. Encuentras a un nuevo gurú. Te quitas la
ropa. Nadas en el Ganges. Miras fijamente al sol. Te afeitas la cabeza. Comes
con los dedos, te vuelves realmente sucio, y te duchas con agua fría. Cantas
cantos tribales. Revives vidas pasadas. Tratas la regresión hipnótica. Gritas
un grito primario. Golpeas las almohadas. Haces Feldenkraised. Te unes a un
grupo de encuentros matrimoniales. Vas a Unity. Escribes afirmaciones. Haces un
esquema de visión. Pruebas el re- nacer. Tiras el I Ching. Tiras las cartas del
Tarot. Estudias Zen. Tomas más cursos y talleres. Lees montones de libros.
Haces el análisis transaccional. Recibe clases de yoga. Entras en el ocultismo.
Estudias magia. Trabajas con un kahuna. Haces un viaje chamánico. Te sientas
debajo de una pirámide. Lees a Nostradanus. Te preparas para lo peor. Vas a un retiro.
Ayunas. Tomas aminoácidos. Tienes un generador de iones negativos. Te unes a
una escuela de misterios. Aprendes el apretón de manos secreto. Tratas de
tonificarte. Pruebas la terapia del color. Pruebas las cintas subliminales.
Tomas enzimas cerebrales, antidepresivos, remedios florales. Vas a balnearios
de salud. Cocinas con ingredientes exóticos. Buscas extrañas rarezas
fermentadas de lugares lejanos. Vas al Tíbet. Vas a la caza de hombres santos.
Juntas las manos en un círculo y las elevas. Renuncias al sexo y a ir al cine.
Vistes túnicas amarillas. Te unes a una secta. Pruebas las infinitas variedades
de psicoterapia. Tomas medicamentos milagrosos. Te suscribes a un montón de
revistas. Pruebas la dieta Pritikin. Comes sólo pomelo. Te leen la palma de la
mano. Piensas los pensamientos de la Nueva Era. Mejorar la ecología. Salvar el
planeta. Te leen el aura. Llevas un cristal. Obtienes una interpretación
astrológica sideral Hindú. Visitas a una trans- medium. Vas a terapia sexual.
Pruebas el sexo Tántrico. Eres bendecido por algún Baba. Te unes a un grupo de
anónimos. Viajas a Lourdes. Te sumerges en aguas termales. Te unes a Arica.
Usas sandalias terapéuticas. Te enclaustras. Consigues más prana y exhalas la
negatividad negra rancia. Pruebas la acupuntura con agujas de oro. Le echas un
vistazo a la vesícula biliar de las serpientes. Intentas la respiración chakra.
Obtienes un aura limpia. Meditas en Keops, la gran pirámide de Egipto.
Tu y tus amigos habéis
intentado todo lo anterior, ¿que decís? ¡Oh, la humanidad! ¡Tu maravillosa
criatura! ¡Trágica, cómica y sin embargo tan noble! ¡Tanto coraje para seguir
buscando! ¿Qué nos impulsa a seguir buscando una respuesta? ¿El sufrimiento?
Oh, sí. ¿La esperanza? Por supuesto. Pero hay algo más que eso.
Intuitivamente, sabemos que
en algún lugar hay una respuesta definitiva. Tropezamos por caminos oscuros en
cul-de-sacs y callejones sin salida; Somos explotados y llevados, estamos
desencantados y hartos, y seguimos intentándolo. ¿Dónde está nuestro punto ciego?
¿Por qué no podemos encontrar la respuesta? No entendemos el problema; por eso
no podemos encontrar la respuesta. Tal vez sea ultra sencilla, y es por eso que
no la podemos ver. Tal vez la solución no está "ahí fuera", y por eso
no la podemos encontrar. Tal vez tenemos tantos sistemas de creencias que
estamos ciegos a lo obvio.
El estado alcanzado por los
grandes sabios de la historia está disponible; las soluciones están dentro de
nosotros y son fáciles de encontrar. “
El Dr. DAVID R HAWKINS con
Kelsie Dejar Ir: El Camino De La
Entrega.
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