Gracias
Artur.... este gran amigo poeta habla del ahoravive que vivió.... Creo que ha sido uno de los que más profundo a vivido este hermoso curso. La vida lo ha puesto en un nuevo camino lleno de descubrimientos. Suerte amigo... Os dejo con Artur...
"Y
ahora vas y te sientas: Cuando tiempo llevas palpando el sendero a
ciegas?
Cuando
llegaste aquí, no había sol en el camino.
Alguien te recibió. Alguien,
sin tu aguardar, tendió hacia ti su mano agradecida de a
su vez recibir, como presente, la tuya. Luego se pusieron a bailar y
toda esa danza tan extraordinaria sonaba, en tu interior, como lejanos
ambientes de otras patrias alejadas, a su vez, por tu corazón amargado en la
tristeza diaria.
- Mira-te
hacia adentro… susurra una voz
Y
tu… un adormecido, viajero a sueldo del dolor, despiertas saltando – a
veces sobre un único pie de apoyo – jugando, llorando, riendo y
festejando (tal vez por sincronía)… el color agradable, que imaginas,
tiene este arco iris, de paisajes humanos con sus intimidades. Como ves la
noche también es reversible, aunque solo fuera por un breve espacio (tiempo,
tiempo, cual es tu noción del tiempo, en este instante?).
Anhelas
ser un hombre pleno.
Entonces,
de que forma son las pupilas de un hombre, que afirma estar despierto? Y que
valor tiene, en la tarde, aquel que aun atravesando el desierto, se desvía
por un momento para compartir ?– No ya su lastimero cansancio,
acumulado de rencor, ira, miedos y fracasos – Sino un pecho
sobrecargado dispuesto a compartir dolor, sin saber a ciencia cierta si va (
junto con otros) criar tal presión que todo transborde al
suelo. Con ese olor que, al explotar, toda nuestra inmundicia desprende.
Y
no por casualidad descubre otro pecho a su encuentro llegar. Llamado
a este punto de confluencia por una idéntica necesidad de establecer,
sumando calor humano, sudor, un local onde sembrar la primera confianza cierta:
tal vez una que dure para siempre.
- Nadie
quiere en el desánimo vivir, al menos eternamente…. Y con las paredes, que
también en ocasiones, para los sabios oídos hablan sutilmente.
Ahora
te levantas y con otros ojos cerrados comienzas a caminar sobre esta lluvia de
gotas, que a tus mejillas resbalan acentos. No saben a sal, tampoco son
lagrimas; aun así no paran de resonar alrededor de todo este
magnético salón, que es ombligo: epicentro. Girando todo a su alrededor
con su monocorde danza tenue. Baile al que nadie te ha invadido
participar– y no obstante, aciertas a lanzarte, en pie con el puño en alto:
justo al centro del coro, sin nadie para indicar, guiado por el ánimo circular,
que legan mil incontables aplausos.
Aceptarías también
desnudar tu alma, delante de ellos (para ti unos simples extraños)? Como esa
pregunta no puebla tu mente: te desnudas en espíritu y apareces
dentro de ti, con los ojos entre abiertos. Enfrente otros ojos, simétricos, que
tal vez, pudieran ser igual los de tu madre celeste… Son los de
tu madre, de tus hijos, de tu pareja o tu agresor… o aquellos con quien
decidas deberías cuestionar el rumbo, al que te llevan,
tus relaciones necias..
Aunque
ni su brillo ni su voz, sean realmente los de la persona que esperas, escuchas
de su boca, la frase que has venido buscando: desde el principio de tu existencia.
Al
final, a pesar de tus reticencias, descubres que no siendo el, ella… si similar
la voz, sus mismas mejillas e idénticas cejas. Y lo que todavía es
mas importante tus mismas palabras te atraviesan (aquellas, aquellas palabras que
no puedes descubrir por que fueran aprisionadas - enterradas -
en el interior de tu garganta, una vez muertas, por la estragadora evidencia
de los falsos sociales afectos).
Estas
vocales te han dado respuestas, evidencias para calmar la angustia, que de
cuando en cuando a tu estomago atraviesa.
- No
temas escuchar tu esencia… Esa respuesta viene acaso de ti? Si!
Por primera vez tienes acceso a ella!
Dejaste, por un
segundo pensamientos de vomitar. Sudas. Jadeas. Intuyes que eso es bueno. Al
aire te refrescas, no sin antes dejar volar, sombras que tu rostro tornaba
siniestro...
Puedes ahora
observar que algo en tu interior, mas profundo, comienza lentamente a transcenderse,
mudar, transubstanciase. Te sientes mucho mas despejado, liviano y con
ganas de volar (por que para algo deben servir unas alas recién implantadas, no
es cierto?). Está
supurando todavía tu pavor en su licor de duda enferma;
empañando siempre de la copa el fino cristal, por causa de esta añeja pena.
–
un pensamiento, al fin libre de tanta condición, murmura a tu cambiante
sensación de observarte desde dentro: no seas tan impaciente. Todo secreto
descubrirás en el momento que, juzgues apropiado para ello…
Decides
soltar todos tus fluidos tóxicos! Con el mismo amor, con que
recibiste hace un minuto ese abrazo conciliador, de
una persona que ahora has supuesto ser el reverso de tu misma moneda. Das
un pasito más al frente: retiras de tu coraza un poco ese cobertor que oculta
el inicio de tus miedos. De nuevo, con otras personas, te vuelves a
abrazar: profundo, dividendo, entregado, unido y diverso. Ella, El,
necesitaban tanto como tu, amar y ser amados: otro bello descubrimiento.
- Nadie
rechaza una puerta abierta – frases en la mente que sofocadas no surgen,
por la intención dañina de paralizar tu fuerza.
Vuelve
al círculo – la lámpara de aceite comenzó a arder – Sabes te necesitan; pues si
la llama sagrada dejase de latir , tu garganta perdería el don de la
intuitiva entrega. La dádiva consiste precisamente en esto:
entregarse a todo cuanto nos rodea, sin medir la intensidad de los afectos.
Suéltalos a ellos también, no ves que los llevas presos?.
Nada
pues quieres perder hoy… y nada te importa dejar tus perjuicios fuera:
pues nada tienes para ya perder , después de haber iniciado
el mayor de todos nuestros vuelos (aun que tu todavía de ello
seas consciente. Las metamorfosis son así: no las puedes apreciar hasta
que no estás inmerso en el proceso.) Paciencia, ni siquiera todavía has
llegado a vislumbrar el primer velo oculto, que al rasgar, dejaría de
encadenar tu ser a esta larga noche de piedra.
Acuérdate del
círculo sobre la luz. Túmbate
–
Sí, mira esa vela atentamente: este fuego ha de revelar aquel otro
hombre real, que habita mas allá de tu precario inconsciente.
Entraste
de lleno a este local, tropezando con la carga que llevabas a la espalda tiesa
(atada sobre el cuello). Ahora, por fin exhala una vibración de estar
completamente suelto: sin nada que cuidar, sin nada que acumular, sin nada
que decidir merezca la pena conservar sobre unos huesos enfermos.
Dejas
de hacer banales esfuerzos. Descubres, desde la intimidad, que
dentro dese mismo cuerpo (despojado de tanto contaminado objeto) se encuentra
el lugar que has venido a buscar al final de atravesar tanto negro túnel;
confuso y sin aliento. En su interior: tu preciado templo. Cuídalo, apreciarlo;
ahora que ya conoces el valor de la joya a atesora en su cetro.
Libérate,
de paso, de la sensación de no poder cuidarte: quererte atentamente.
Llegaste
aquí, cansado de envejecer: todos tus músculos (a la codicia)
presos; todas tus arterias (a la ambición) vencidas; todas tus
células (a la pasión) rendidas. Y toda tu noche a la insatisfacción,
abocada por la ira.
Ahora
comienza para ti un nuevo amanecer: ellos le llaman bautismo, resurrección,
camino de vuelta.. No importa como tú lo vayas a nombrar , el caso es
que ya te pertenece. No lo aprietes! No cometas el error de creer que
tienes que defender lo: por que entonces, si piensas demasiado en él,
con tu temor de ti lo avientas…
Cierra
los ojos: déjate dormir embriagado por este mantra… Quien soy yo? Quien
soy yo? Quien soy yo? Repite, sin procurar ninguna inmediata, innata
respuesta…
Alguien
te llama y cuando tus ojos, por fin vuelves abrir, descubres… Deparas
otros nuevos ojos, que con los tuyos se han volteado (tuyos todavía?)
Son en realidad los tuyos?
No…
Si! Son tuyos en el espejo. Tuyos, mas todavía mucho más tuyos porque
pueden ver mucho más del arcaico simbolismo estrecho. Más allá del localizar un
único punto, en un continuo, constante esfuerzo. Mas allá de la
visión simple del dual concepto…
Por
fin comienzas a recordar, verdaderamente, que tu no eras ese que en algun
momento comenzaste a invernar, construir con el ambiente y los retales
malgastados de las ropas que otros te hicieron colocar – por encima de tu
cabeza – sin poderse cerciorar, del daño que sobre ti (su pasado) todavía
hoy aun proyecta… Te puedes, te debes liberar: comienza
por descoser este traje desgatado por el viento …
Sean
sus harapos quemados en el solsticio de invierno!
Bienvenido de
nuevo al camino hacia tu verdadero hogar! No es físico (ah! Por fin lo has
descubierto), no se asienta en ningún espacio sideral, en ningún onírico
paraíso, que por ti aun espera; tampoco tiene prisa, ni calma… ni se
siente llamado por el ambiguo cronómetro que transcribe en tu vientre inquieto,
señales de sumisión.
Bienvenido:
comienza a caminar. Ahora, si! Ahora eres tu, el dueño de tu destino realmente.
Aprende
de nuevo a caminar, aprende a disfrutar del nuevo sendero que has abierto
– a través de tu misma montaña de granítica piedra – . Ya que lo
tienes, lo puedes usar: Ahora vive! Vive Ahora este momento!
Vive
tu camino. Y si vuelves de nuevo a tropezar, caer por la espiral del
sueño… Envuelto entre brumas de suspiros intensos... No importa, déjate llevar,
ese debe ser, ahora, de nuevo tu natural elemento… A lo mejor es
que todavía tienes viejas lecciones que
extraer, o rescatar un anterior secreto.
Ese
era tu antiguo mundo ideal, en el cual, durante tanto tiempo creciste como si
todo fuera único, unívoco y cierto…"
Artur Alonso