Se
dice que hace mucho, muuuucho tiempo, los humanos eran como marionetas
bailando al unísono su propia danza de la realidad. Quienes recuerdan
esa época dicen que el baile era hermoso. Cada persona poseía sus
propios hilos que a su vez conectaban con todas y cada una de las
personas restantes y, éstos, eran movidos por un interés común teniendo
en cuenta los sentimientos y necesidades de todos y cada uno de ellos.
También
por medio de estos hilos, sintonizaban con los sentimientos y
pensamientos de los demás, de manera que todos sentían en sí mismos lo
que sentía cualquier humano por muy lejos que estos se encontraran los
unos de los otros.
De este modo el silencio era algo
que predominaba, pues al poder sentir y experimentar las emociones de
todos, eran realmente muy pocas las cosas que se hacía necesario
expresar por medio de las palabras. Así mismo, sentimientos como la
frustración, la soledad, la soberbia, el egoísmo, la ira...
simplemente... no existían.
Los
humanos de aquella época formaban entre ellos una autentica unidad,
siendo cada cual diferente, en conjunto creaban un organismo vivo mucho
más grande formado por la unión de todas las personas, que en aquella
época era conocido con el nombre de “humanidad”. Con el tiempo hemos
borrado de nuestra memoria esta parte de nuestra propia historia y esta
palabra ya no posee significado alguno para nosotros... Es solamente una
palabra que podría ser utilizada, en cualquier momento, para
designar... una “mesa”, por ejemplo. Si hoy en día a alguien se le
ocurriera hablar de humanidad como aquel organismo vivo independiente,
que tenía lugar gracias a la conexión de todos nosotros sería tachado de
loco o de excéntrico... nadie le creería…
Son muy pocos los que pueden recordar este pasado lejano donde existía esta unión y de cómo se fue desintegrando y muriendo hasta llegar al punto en que nos encontramos ahora.
La
vida era un baile, y la paz, la humildad y el amor, su motor principal,
y la humanidad, así como todas las personas que formaban parte de ella,
se encontraban en perfecto estado de salud y de felicidad... Se
respiraba una profunda armonía en aquella época y parecía no haber
absolutamente nada que pudiera romper este equilibrio trayendo consigo
fatales consecuencias para todos.
Hasta
que un buen día los hilos de algunas personas comenzaron a romperse…
nadie sabe con exactitud la causa de que esto ocurriera, pero lo cierto
es que esto supuso el principio del fin de aquella época. Las conexiones entre los humanos se fueron debilitando, y
aunque entre ellos seguían existiendo la gran mayoría de los hilos, se
había comenzado a perder una parte importante de aquel nexo que nos
convertía a todos en una gran unidad. Aprovechando este
momento de debilidad por el que estaba pasando la integridad humana,
alguien pensó que ya que estaban conectados por medio de los hilos, si
tiraba fuertemente de los suyos propios, podría manejar al otro lado a
otras personas y así es como, tirando con fuerza, llegó a doblegar a
otros a su antojo.
Rápidamente este comportamiento se fue extendiendo
como un virus, cada vez más gente ansiaba poder y la humanidad cayó
enferma.... Esto sucedió tan rápidamente y todo el mundo se encontraba
tan relajado en aquella época que no fueron capaces de actuar a tiempo.
Así que, cuando fueron realmente conscientes de lo que estaba
sucediendo, ya era demasiado tarde para remediarlo.
Unos
hilos se rompieron, otros se enredaron de tal forma que ya no fueron
desatados nunca más y así, cuantos más hilos se rompían, la gente se iba
desconectando cada vez más y más… Ya no podían sentir lo que sentían el
resto de humanos, y el resto de humanos, ya no podían sentir lo que
ellos sentían...
Al principio algunos se sintieron
muy libres por esto, pero poco a poco fueron cayendo presos de
sensaciones que nunca antes habían padecido... Comenzaron a sentir
tristeza, soledad, egoísmo, rabia, ira... Comenzaron a hacer daño a
otras personas solo por su falta de amor para consigo mismas, culpaban
al resto de su dolor, de no entenderlas, pero la realidad es que las
personas ya no se comunicaban por medio de los hilos, ya que éstos en su gran mayoría, habían desaparecido.
Ahora
se comunicaban única y exclusivamente por medio de la palabra, con la
que comenzaron las mentiras, los engaños, las adulaciones... Ahora se
hablaba mucho, se hablaba sin parar, pero ya casi nadie sabía con
certeza lo que sentía, y desde luego, no podían ni imaginarse los
sentimientos de los demás ya que nadie hablaba de ellos con sinceridad. .
Las palabras eran utilizadas en su gran mayoría para pretender destacar
sobre el resto, intentar ser, o más bien dicho, parecer, los mejores en
esto o aquello, ya que al encontrarse los humanos tan desconectados los
unos de los otros, se sentían solos, y creían poder vencer esa soledad
siendo admirados por cuanta más gente posible.
Antiguamente,
todos y cada uno de los humanos, eran admirados por todos y cada uno de
los humanos restantes. Ahora las personas necesitaban reconocimiento de
los demás, pues todo el mundo se sentía solo.
Ansiaron
poder para calmar su propio sentimiento de soledad y de insignificancia
al que ahora estaban expuestos, comenzaron a dominar, explotar y
extorsionar a otros para, poseyéndolos de algún modo, sentirse
importantes, sentir que eran alguien, pues ya nadie sabía quién era y
creaban su propio concepto de sí mismos en base a lo que se poseyera. El
mundo material ocupaba ahora el lugar que lo espiritual y humano había
ocupado hasta entonces…
Las diferencias comenzaron a extenderse, y los
humanos, solitarios y sin identidad propia, comenzaron a formar grupos
entre ellos despreciando a todo aquel que no acatara sus normas… Había
estallado una sangrienta guerra de valores, y como en todas las guerras
aquel con menos escrúpulos será el vencedor. Y así sucedió…
El egoísmo se había apoderado de las personas, y es así, como la humanidad desapareció.
Hay quien dice que los hilos que nos unían nunca desaparecieron
por completo, sólo que al irse rompiendo, nos fuimos desconectando cada
vez más y más y perdiendo la capacidad de poder verlos, así como de ser
conscientes de su propia presencia.
También se dice
que no todos se rompieron o se anudaron, perdiendo así la capacidad de
transmitir nada a través de ellos, sino que incluso hay quienes
conservan los suyos casi en su completo estado, siendo paradójicamente
éstas, hoy en día, personas llenas de una enorme tristeza, ya que son
capaces de sentir y experimentar en ellas mismas el sufrimiento y el
dolor de los demás, capaces de sentir a una humanidad
totalmente enferma pidiendo a gritos ser sanada y sin poder hacer mucho
más para ello que intentar restablecer aquellos valores de paz, humildad
y amor que daban vida a la humanidad y que en un mundo tan materialista
como en el que vivimos ahora mismo cada vez, esto, parece una tarea más
complicada de lograr….
Existe
una profecía según la cual, llegará un día en que las personas serán
conscientes de este pasado que vivieron y trabajarán todas juntas para
restablecer aquellos hilos ancestrales que daban origen a la humanidad.
Será entonces cuando mucha gente se dé cuenta de que llevaba toda su
vida desatando nudos de sus propios hilos, llamándole a esto crecimiento
personal, otros dedicaban sus vidas a colocar hilos nuevos entre las
gentes, siendo estos conocidos como mesías o maestros espirituales...
Todas las conexiones serán recompuestas. Y aquel organismo vivo
independiente, creado por la unión y sintonización de todos los seres
humanos, volverá a la vida. Y entonces... solo entonces... podremos
volver a disfrutar de ese hermoso baile de la humanidad, considerado por
muchos la auténtica danza de la realidad.
Autora.
este hermoso cuento es de una mágica chica , llamada Lucia, que además
de su mirada y sonrisa en el curso de reiki, me ha regalado este hermoso
cuento... gracias por tanto lucia.... sigue siendo así...
No hay comentarios:
Publicar un comentario