“Si
eres sabio, no tienes que estar obsesionado con ser bueno o generoso. Estás
obligado a hacer lo que es necesario.”
En
estos momentos la vida me recuerda lo importante de ser uno mismo desde el amor
y la sabiduría. Son días de volar, de crecer, de compartir… muchas veces
estamos haciendo cosas por los demás y al principio nos sale de dentro pero después
llega el ego y quiere reconocimiento.
En
ese momento es importante meditar, en algunos momentos puede ser que nos llegue
ese reconocimiento, estaremos felices, realizados, pero sin darnos cuenta
volvemos a cambiar el objetivo del dar. Ponemos en manos de los demás los
resultados y sin meditarlo vamos poco a poco haciendo las cosas más por el
aplauso que por nosotros mismos, más que por dar amor sin más…
Puede
ser, de hecho es, que al principio estas tan conectado con el amor, con el todo
que todo el mundo te felicita, te aplaude, te reconoce-…. En este momento es
muy importante tomar consciencia de porque lo haces, porque eres así, porque te
has conectado un día… quien es el que está amoroso… entonces es cuando te das
de cuenta que merece la pena volar sobre todo por el placer de volar… que
merece la pena amar por el placer de amar…
Doy
muchas gracias a todos los amigos que siempre estais empujando, tambien a esta maravillosa amiga por hacerme recordar lo importante de
volar sin miedo… este cuento lo escribió para explicarse… es hermoso, espero
que os guste…
Creció
soñando en el circo...Le
cirque de l'amour, mirando hacia abajo colocaba sus pies alineados
como andando por la cuerda desde que era una niña, observaba como los
trapecistas caían una y otra vez de aquella altura inmensa...algunos
sobrevivían y otros perdían algo en la caída...algunos hasta la vida...así
creció añorando pisar el trapecio pero con miedo a caer.
Pasó
el tiempo y entonces comenzó a ver como los mejores...los que la triste y observadora
niña consideraba los elegidos, los valientes...comenzaban a mantenerse
suspendidos en el aire, entonces todo era mágico, aquellos cuerpos dibujaban
figuras inimaginables a tanta altura, era como si flotaran, el juego con la
gravedad la hacía soñar con llegar a ser como ellos...
Pero
la niña ya casi adolescente, que siempre miraba sus pies, jugando a hacer
acrobacias en una línea pintada de tiza, danzo y danzo hasta tropezar con una
red inmensa... Miró hacia arriba, luego hacia abajo y comprendió que no eran
los elegidos, ni los valientes los que tentaban la suerte de creerse pájaros...
si caían no había peligro...una red los protegía de perder algo en el
intento...
Así
dejó de creer en el trapecio...pasaron los años y un día volvió a aquel
circo...en la cuerda había un anciano que se paseaba por ella con la agilidad
de un joven, su sonrisa iluminaba la carpa...
Cuando
aquel hombre bajó, aquella mujer con alma de niña se acercó y le preguntó como
podía moverse con tanta soltura y sin miedo a caer si no tenía protección, el
anciano la miró sonriendo y le contestó...
"tardé
años en descubrir que no hay caída que nos deba privar de hacer piruetas en el
aire, es entonces cuando no importa la edad...el placer de volar suple el miedo
a perder...y encima la vida nos regala la libertad de elegir hacerlo sin red y
vivir la sorpresa del triunfo o el fracaso aun cayendo o con red y conocer de
antemano el final de la actuación".
y este video de Krishnamurti me parece tan claro y profundo....
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